“La Historia en Bicicleta” muestra misterios del arte románico rural al este de Soria
El arte románico rural de Soria y sus enigmas son los protagonistas de un nuevo vídeo del canal de Youtube “La Historia en Bicicleta” creado por Carolina Muñoz y Carlos Rubio.
La exposición "Cultura Castreña Soriana" se puede contemplar en Almarza
Al video se puede acceder a través del siguiente enlace:https://www.youtube.com/watch?v=-mDYcl82yFQ
A lo largo de este nuevo recorrido se detienen en las localidades de Fuensaúco, Tozalmoro, Omeñaca y Aldealpozo donde nos muestran las creaciones artísticas de este arte que se conservan, principalmente, en las portadas y pórticos de sus iglesias con elementos y mensajes sin una explicación aparente.
Esta ruta, que Carolina y Carlos la hacen encima de un sillín, parte de Fuensaúco, aquí nos enseñan la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, una obra castillada, con almenas en el tejado, y llena de sorpresas.
Su portada es lo que más llama la atención con un marcado contraste entre la sencillez de sus arquivoltas y los capiteles en los que éstas apoyan.
La decoración y las figuras que aparecen en cada uno de estos elementos, así como en las mochetas situadas a ambos lados de la puerta plantean una serie de interrogantes difícil de descifrar para averiguar el mensaje que en aquella época se quería transmitir. Arpías, cabezas bardadas, ángeles, figuras masculinas y femeninas, etc., están cargadas de un gran simbolismo que Carolina y Carlos intentan interpretar.
La segunda parada, muy cerquita de aquí, es para ver el llamado “Castro de Fuensaúco” cuyos restos, situados en lo alto de un cerro, datan de la primera Edad del Hierro.
Este asentamiento forma parte de otras serie de castros de la misma época, entre los siglos VII y V a.C., que hay en la provincia de Soria. En general no eran muy extensos y además de la agricultura tenían ganado, principalmente ovejas y cabras.
Curiosamente los restos de ganado bovino encontrados en este lugar corresponden, en gran medida, con la raza autóctona actual conocida como “serrano pinariega”.
De nuevo en camino llegan hasta Tozalmoro, donde se encuentra la iglesia de San Juan Bautista, un magnífico templo construido en muy buena sillería. Su portada presenta alguna semejanza con la de Fuensaúco aunque con escenas en sus mochetas también muy singulares, como la que parece representar un intento de violación. Pero lo que más llama la atención en su tímpano, donde aparecen unas excelentes imágenes talladas de la Virgen y el Niño rodeadas por cuatro ángeles y cuatro personajes y que asemejan a las figuras de los cuadros naíf de nuestros días.
Otra sorpresa es la puerta que hay en el lugar que ocupa el cementerio, más sencilla pero también con un interesante tímpano en cuyo borde aparecen 8 arquillos, con pequeñas cabezas en su interior
El hecho de que sean ocho los arcos es algo curioso ya que el número 13 , en ocasiones, se empleaba para representar a los 12 apóstoles, más la Virgen, no así el 8.
Omeñaca es la siguiente localidad a donde llegan Carolina y Carlos para enseñarnos la iglesia de la Purísima Concepción, que cuenta con el pórtico más septentrional de la provincia de Soria y el más oriental de Castilla. Aquí se detienen, en su galería formada por siete vanos, tres a cada lado del central, para contarnos la curiosa leyenda local que afirma que fueron abiertos para que pudieran pasar los siete infantes de Lara y se refugiasen en el interior de la iglesia cuando estaban siendo perseguidos y atacados por una banda de moros.
En los capiteles de las columnas del pórtico de nuevo vemos arpías, así como animales fantásticos y unos soldados enfrentándose a unos leones cuyo mensaje, según Carolina y Carlos, sería la lucha entre el bien y mal.
Y ya abandonan Omeñaca para dirigirse a su último destino en Aldealpozo.
En esta localidad lo que llama poderosamente la atención es la torre bereber que formaba parte de una red de torres de vigilancia por parte de los musulmanes de Gómara para prevenir las incursiones castellanas.
Además se detienen en su sencilla iglesia románica consagrada a San Juan Bautista y que guarda en su interior una hermosa pila bautismal.
Y ya para terminar se despiden junto a la ermita del Buen Suceso cuyo tejadillo está sustentado por dos columnas que se supone son miliarios, es decir, mojones que en cada milla ponían los romanos en sus calzadas ya que por este lugar pasaba la calzada romana que unía Numancia con Zaragoza.
Una ruta corta, de apenas 16 kilómetros, que nuestros amigos de “La Historia en Bicicleta” nos invitan a conocer y a disfrutar, cargada de belleza, sorpresas y de preguntas para las que, hoy en día, no tenemos respuestas.