Los PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO PARA 2009 han acaparado estos días los titulares y las valoraciones de los diferentes grupos políticos.
Los números vuelven a poner de manifiesto una vez más que una cosa es prometer y otra cumplir los compromisos. La autovía de la Plata y el AVE a Galicia concentran la inversión del Gobierno de España en el oeste de Castilla y León -llueve sobre mojado en este caso-, con lo que se queda en nada los deseos de vertebración territorial que tanto pregonan en sus comparencias públicas. La inversión crece respecto a otros años -hay que destacar las partidas destinadas a la autovía de Navarra-, pero sigue estando muy lejos de ser merecedora del calificativo de histórica al seguir sin cubrir las expectativas de la sociedad soriana, condenada un presupuesto más a seguir esperando años para verse conectada a las vías de gran capacidad. Las inversiones en Soria necesitan una mayor voluntad, en especial en la demandada autovía del Duero, donde la ralentización tiene desde hace tiempo difícil justificación. Ahora se planifica para el año 2012 su conclusión, un plazo que se dilatará unos años más en el trazado desde Soria-capital a Tudela. Serán, en definitiva, seis o diez años más de retrasos sobre los plazos comprometidos inicialmente. El Gobierno de España tiene que volcarse de manera decidida con Soria y no planificar por goteo las inversiones, más cuando se asegura que la obra pública en infraestructura debe servir para amortiguar la crisis económica. Soria necesita menos discursos y más obras e inauguraciones.