EL NUEVO PLAN REGIONAL DE CARRETERAS, aprobado por el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León, contempla una inversión de 6.300 millones de euros hasta 2020, para adecuar la red autonómica de carreteras y mejorarla con la ejecución de 475 kilómetros de quince nuevas autovías. Entre ellas se encuentra el eje de la actual comarcal 101, entre Ágreda, Gómara y Almazán, el corredor que soporta más tráfico pesado de la provincia y para el que la Junta ha previsto 180 millones de euros de inversión para su desdoblamiento. Esta nueva autovía de 71 kilómetros, que acaba de iniciar su cuenta atrás, debe ajustarse a los compromisos políticos y ser una realidad en el horizonte del año 2012, para convertirse en uno de los corredores de desarrollo de la provincia, junto con la futura autovía de Navarra, entre Soria y Ágreda y la propia capital soriana y Almazán. El Gobierno regional, que ofreció cofinanciar al Gobierno de España el tramo de la autovía del Duero entre Soria y Aranda de Duero si estaba ejecutado en 2009, tiene la oportunidad de demostrar, con hechos y no sólo con compromisos, que cuando se quiere, las infraestructuras avanzan, desterrando la letanía de plazos reiteradamente aplazados, con planes de por medio, al que nos ha acostumbrado el Gobierno central. Los anuncios comprometen a las administraciones, por encima de las personas elegidas para ejercer su representación. Cumplir lo comprometido está en sus manos, como mejor fórmula de ganarse la credibilidad y confianza de los ciudadanos. Hacer lo contrario, es un fraude a los gobernados.