La mesa de participación institucional de los agentes sociales y económicos, recientemente constituida, nace con insuficiente base en la que asentar y consolidar sus buenas intenciones: el impulso, apoyo y avance en asuntos de especial relevancia para el desarrollo económico y social de Soria.
Hoy por hoy, la mesa constituida tiene los pies de barro por excluir de su participación a los grupos de la oposición -que representan la mayoría en el pleno y consiguientemente en el tejido social de la ciudad- y a otros colectivos que también hacen capital. Es en el pleno, y no en la junta de gobierno local ni en las competencias propias del alcalde, donde se deben adoptar las principales decisiones que afectan al municipio, entre ellas la aprobación de los presupuestos municipales, documentado que marca prioridades y refleja la acción de gobierno de cualquier Ayuntamiento. Resulta una ironía que en el documento de constitución de la mesa se abogue por adoptar los acuerdos por consenso de todas las partes, cuando en la actual legislatura se ha sido incapaz de llegar a acuerdos de mínimos para avanzar en el progreso de la ciudad. La mesa, para tener todas sus patas, necesita más participación pero también mayor compromiso real de otras administraciones para que la deseada creación de empleo en la ciudad sea un hecho cierto y no un anuncio más, un mero instrumento propagandístico que dejará durante un tiempo muchos titulares pero ninguna obra concreta. Sólo así tendrá razón de ser una Mesa necesaria en tiempos de crisis pero que hoy por hoy, ha nacido coja.