Tengas juicios y los ganes, o es siempre mejor un mal acuerdo que un buen juicio, son refranes que bien podrían resumir la sentencia dictada por el TSJCyL sobre la modificación aprobada por el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León, para reservar suelo en terrenos de la familia Marichalar con la intención de promover un polígono industrial público a precios competitivos. La sentencia, que puede ser recurrida en casación, supone un nuevo revés en la intención del Ayuntamiento capitalino de encontrar suelo industrial a precio competitivo y confirma el ramillete de errores cometidos en su tramitación por corporaciones de todos los signos. Mientras el Gobierno regional sopesa la viabilidad económica de invertir el dinero comprometido en Valcorba -opción ya desestimada en un estudio anterior-, la corporación capitalina tiene ante sí el reto de lograr el consenso necesario para alcanzar el objetivo final de tener suelo industrial competitivo en un término municipal que tiene más que complicado encontrar ubicaciones. Quizá esta falta de perspectiva de los gobernantes municipales ha sido el principal error cometido en esta búsqueda. No es la primera vez que sucede en el Ayuntamiento pero debería ser la última. La solución la tiene unos metros más allá de su limitado término municipal. Mirar más el alfoz para diseñar el futuro de todos con mayores perspectivas y evitar que el dinero público se siga malgastando sería una buena determinación, salvo que las cuentas salgan ahora en Valcorba, una ubicación lastrada por una recalificación realizada antes de tiempo.