EN TIEMPOS DE CRISIS ECONÓMICA, eS especialmente bienvenido que las diferentes administraciones ratifiquen sus compromisos de inversión con la provincia y alejen los fantasmas sobre posibles recortes y nuevos retrasos.
El acto simbólico de la colocación de la primera piedra de la urbanización de la Ciudad del Medio Ambiente ha servido para ratificar inversiones y generar una necesaria dosis de confianza en la sociedad soriana, agobiada también por la destrucción de empleo. Quinientos puestos de trabajo durante la etapa de construcción -hasta 2013- y mil puestos más cuando las 14 empresas ejecuten la inversión millonaria comprometida (430 millones de euros) alimentan la ilusión de levantar, piedra a piedra, sin prisas y sin más pausas, un proyecto que se convierta en referente internacional en el uso de las energías renovables, capaz de generar nuevas sinergías -con la atracción de más iniciativas empresariales- y más desarrollo económico para Soria y provincia. Es cierto que la CMA, un proyecto surgido del compromiso electoral del presidente Herrera en 2003, podía haber sido una realidad antes, aunque quienes acusan al Gobierno regional de retrasos deberían mirarse antes en el espejo de sus propios compromisos para que sus criticas tuviesen alguna credibilidad. Lo que no se sostiene es calificar a este proyecto regional como un despilfarro económico, cuando la excepcionalidad del mismo lo pueden convertir -lo tienen que convertir- en un foco extraordinario de generación de empleo y riqueza para que toda Soria encare con esperanza el futuro.