LA CONFIRMACIÓN ESTOS DÍAS DE LA PRESENCIA DE algas tóxicas en zonas de baño de la Cuerda del Pozo pone de nuevo de manifiesto la necesidad, muchas veces reiterada, de cumplir el plan de usos del pantano, un documento que recogía hace ya más de una década las actuaciones prioritarias en esta zona de ocio y que se encuentra hoy abandonado en el fondo de sus aguas.
Si la provincia, y sus administraciones, quieren convertir el pantano en un atractivo turístico, es imprescindible acometer una serie de actuaciones que, para empezar, garanticen la salubridad de sus aguas. La construcción de las depuradoras del Alto Duero no ha sido suficiente para conseguir este objetivo primordial. Las administraciones siguen teniendo tarea pendiente para convertir a esta zona en un recurso turístico bien ordenado y con todos sus posibles usos, regulados. Para ello es imprescindible que las inversiones planificadas en su día se materialicen por parte de las administraciones, de tal forma que en un plazo razonado y razonable se puedan ir acometiendo sin interrupciones injustificadas, desde el control de las cortas hasta el traslado del puente romano de Vinuesa. Urge recuperar este plan y convertir al pantano, ahora que el verano se despide, en un recurso turístico donde la limpieza de sus aguas sea la base de cualquier otro planteamiento, más teniendo en consideración que la Cuerda del Pozo es la fuente de la que se abastece buena parte de la población provincial. Dejar pasar el tiempo, sin tomar medidas, es condenarse otro verano a repetir los problemas.