Basta repasar la historia para comprobar que en nombre de la libertad se han cometido las mayores barbaridades y tropelías. Basta dedicarle unos minutos a nuestra historia democrática más reciente, para extraer un ramillete de proyectos donde lo público se ha convertido en el principal argumento de negocios privados. Sirva este preámbulo para insistir en que Soria necesita ya suelo industrial a precio competitivo pero para ello es imprescindible la unión de voluntades políticas, alejándose de la tentación de intereses partidistas cuando la campaña electoral está a la vuelta de unos días, y una mayor transparencia en el procedimiento para que la sociedad conozca en que se invierte el dinero de todos. En este objetivo el Ayuntamiento capitalino debe jugar un papel de árbitro y coordinador para desbrozar definitivamente el camino. La corporación capitalina debe ser el garante de los derechos de todos los contribuyentes, de tal forma que armonice voluntades más que lo ha hecho hasta la fecha y facilite las inversiones de todas las administraciones por igual. Debe alejar también -en este caso los diferentes partidos políticos- este asunto de la campaña política y trabajar en silencio para que, por fin, haya suelo industrial competitivo en la ciudad, una condición imprescindible para captar empresas pero no suficiente. Y a la vez, debe ser lo suficientemente transparente y precisa para que los grandes números de Valcorba salgan a la luz en tiempo y forma. Es una misión que debe liderar el Ayuntamiento, si quiere ser la casa de todos.