Decíamos ayer, cuando planteamos a los partidos políticos con representación en las instituciones de la provincia un foro de opinión sobre asuntos de actualidad que plantearía semanalmente la provincia, que no habría ningún tipo de limitación ideológica -faltaría más- y que los únicos requisitos eran de tiempo y espacio.
Los partidos se comprometieron y aceptaron de palabra este reto y estas limitaciones, y asumieron que la revista podía resumir sus artículos en caso de incumplir estos requisitos, siempre y cuando no se alterase el significado, la orientación, de sus artículos. Así lo hemos hecho, sin mayores problemas, durante diez meses, con comprensión y talante por ambas partes. Hemos aceptado, y aceptaremos, el requerimiento del PSOE de no resumir los textos, en la medida que se cumplan los requisitos de tiempo y forma. No merece la pena hacer de un asunto menor, que se puede subsanar con diálogo, motivo de discrepancia profunda. Por ello hemos asumido la parte de responsabilidad que podemos tener en este contratiempo, en el deseo que todos reflexionemos y hagamos un poco de autocrítica, paso previo para llegar a cualquier entendimiento. Un medio de comunicación debe ser el primero en subsanar los errores cometidos en sus páginas y hacerlo lo más rápidamente posible y sin tapujos. Los duendes de imprenta no existen. Cuando se comete un error, se reconoce. Pero para reconocerlo es imprescindible que la otra parte así lo transmita de la forma más rápida y directa posible. De frente, con el valor de las palabras y sobre todo, de la palabra. La que nos une.