El delegado del Gobierno en Castilla y León anunciaba esta semana en Soria que el túnel de Piqueras, la obra emblemática de la provincia, terminaría sus obras este próximo otoño, un anuncio positivo pero que pone también en evidencia la deficiente tramitación administrativa de este proyecto, repleto de paralizaciones y polémicas.
Pero con la apertura de este túnel no se terminan los problemas de infraestructuras en la provincia. Siguen estando abiertos muchos frentes, sin que todavía los responsables políticos hayan puesto fecha cierta de finalización, a pesar de los planes y acuerdos firmados y publicitados. El PAES entró en crisis a las pocas semanas de su aprobación, y su impulso ha seguido caminando al ralenti. Es de lamentar, especialmente, el devenir de la autovía del Duero, considerada por los dos partidos mayoritarios como prioritaria para la vertebración de la región, y que sigue con su particular letanía. Portugal tendrá preparada la autovía hasta la frontera española a la vuelta de tres años, un plazo que en Castilla y León sigue pareciendo todo un mundo. La ministra de Fomento debe aclarar, de una vez por todas, sus previsiones para esta infraestructura y otras que inciden en el desarrollo de la provincia, como el tren de alta velocidad. En esta legislatura, Fomento quiere iniciar obras en 2.200 nuevos kilómetros de AVE y 1.600 kilómetros de autovía, según el anuncio de la propia ministra en el Congreso. Los ciudadanos sorianos quieren saber ya si las infraestructuras de la provincia están en estas previsiones o están condenados a una historia interminable.