DECEPCIÓN ABSOLUTA, PROFUNDO desencanto, dudas y más incertidumbres ha generado la esperada reunión del ministro de Fomento con los consejeros del ramo. Lejos de certezas, plazos concretos e inversiones seguras, el Gobierno de España ha decidido aplazar la elaboración del Plan Estatal de Infraestructuras y Transportes (PEIT) para después de las elecciones municipales y autonómicas, en una clara maniobra para ganar tiempo, en su carrera por agotar la legislatura política. Pero la realidad es terca y ciertamente pobre, por mor de una crisis económica que no es suficiente para ocultar los incumplimientos, en materia de infraestructuras, que el Gobierno de España sigue acumulando en Soria. Que todo un Ministerio de Fomento, el departamento inversor por excelencia en España, haya licitado en la provincia 0,61 millones de euros -sí, 0,61 millones de euros- en lo que llevamos de 2010, cuando tiene todavía pendiente muchos tramos de autovías por licitar, deja a las claras su voluntad política. Que Soria sea la provincia de la región donde las diferentes administraciones han licitado menos obra pública en este plazo -cuando se llenan la boca de lo olvidada que está- pone en evidencia que en el reparto inversor sigue primando la población o, llegado a este tiempo pre-electoral, los votos y el peso político de nuestros representantes, claramente deficiente. Pero lo que es grave -y triste- es comprobar que si en tiempos de bonanza económica, sólo llegaron a Soria las migajas, en plena crisis económica sufre los mayores recortes de la región.