DECIAMOS AYER QUE eS urgente que, con la crisis que nos atenaza, las diferentes administraciones públicas deben priorizar sus proyectos y lo hagan de tal forma que no alimenten más sombras de dudas sobre algunos de ellos demandados y comprometidos desde hace décadas.
Es el caso de las infraestructuras que consiguieron que la sociedad soriana, a la llamada de la Plataforma Soria Ya, se uniese y saliese a la calle en los primeros años del siglo XXI para reivindicar lo que consideraba era -y sigue siendo- una deuda histórica con la provincia. La crisis económica -y la necesidad de cumplir las exigencias impuestas a Bruselas- amenaza seriamente con dilatar los plazos de ejecución de unas infraestructuras que no terminan de llegar a Soria. Los anuncios de modificados en tres tramos de la autovía de Navarra -entre Almazán y Medinaceli- certifican un nuevo retraso en la conexión de Soria con la capital de España a través de autovía, que ya no será una realidad, como se había anunciado, para el año 2011. El plan de ajuste en Fomento traerá una caída de la obra pública en lo que resta de legislatura, del que sólo se librarán las inversiones que se incluyan en el Plan Extraordinario de Infraestructuras, un plan en el que, por justicia, deberían garantizarse la financiación de las obras viarias que competen a la provincia. El ministro de Fomento, que aseguró su compromiso personal, claro y sincero con Soria cuando la actual legislatura municipal abría camino, debe ya clarificar estos compromisos y evitar nuevas ralentizaciones o retrasos en las infraestructuras.