Cuando los políticos se olvidan que están para servir
LA NUEVA DEPURADORA DE Aguas Residuales de Soria y su alfoz ha abierto un nuevo episodio de enfrentamientos políticos entre administraciones, cuando más falta hacía sumar voluntades para cerrar un proyecto sobre el que vienen mareando la perdiz desde hace demasiados años.
Fue la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, en una precampaña electoral, quien apuntó la posibilidad de declarar de utilidad pública esta infraestructura vital para la depuración de las aguas de más de la mitad de la población de la provincia. Y desde entonces, han pasado demasiados años sin que las administraciones se pongan de acuerdo para materializar una iniciativa que Soria necesita, para limpiar de olores -malos, por lo general- las márgenes del Duero, su zona turística por excelencia y lugar de paseo para los propios vecinos. Conviene llamar a todas las partes a que se olviden de partidismos y hagan lo posible para aclarar todas las dudas que se ciernen hoy sobre la nueva depuradora aguas abajo de la presa de Los Rábanos. Los políticos, de una y otra orilla, tienen que saber que están en la vida pública para servir a los ciudadanos y mejorar, en la medida de lo posible, su bienestar. Si lo único que hacen -o saben hacer- es frustrar proyectos, posiblemente deberían pensar que el único camino que les queda es el que conduce a su propia casa. Soria no puede permitirse perder cincuenta millones de euros de inversión, como tampoco que terceros hagan negocio con el dinero de todos los contribuyentes en una obra declarada de interés general.