T RAS LA ÉPOCA ESTIVAL, EL NUEVO CURSO político vendrá marcado en el Ayuntamiento de Soria, entre otras cuestiones, por el replanteamiento de la ubicación del polígono industrial Soria II, financiado por Gesturcal y cuya ubicación fue decidida en la anterior legislatura por la corporación capitalina.
El equipo socialista de Gobierno parece decidido a buscar apoyos y consensos en la mesa de diálogo social para trasladar la inversión de treinta millones de euros al polígono privado de Valcorba pero antes debe conseguir ese consenso en el pleno municipal, que es donde hace poco más de un año se decidió por unanimidad expropiar los terrenos de la familia Marichalar. Es en este foro donde hay que explicar, de entrada, qué ha pasado en este tiempo para que el juzgado haya decretado la suspensión cautelar de la expropiación. Y a continuación, plantear cualquier posible alternativa siempre con la vista puesta en conseguir suelo industrial realmente competitivo, un requisito para el que Valcorba nació con complicaciones, desde que se decidió -con el tripartito en el gobierno municipal- recalificar primero los terrenos a industrial, antes de expropiar -un error que hubiese aconsejado buscar ya otras alternativas, mirando el alfoz y no sólo el limitado término municipal- y se tuvieron números del sobrecoste en los gastos de urbanización -que después repercuten en el precio de las parcelas- ante los desmontes que eran necesarios realizar en un terreno ciertamente pedregoso. El Ayuntamiento, en materia de suelo industrial, parece condenado a repetir los errores.