Los máximos responsables de los GOBIERNOS nacional y autonómico han renovado sus compromisos con Castilla y León y han marcado las líneas de una futura colaboración en varias materias, al hilo de las 23 propuestas planteadas por el jefe del Ejecutivo regional.
Es positivo e imprescindible que las dos administraciones tiendan puentes al entendimiento para materializar proyectos que mejoren la calidad de vida de todos los habitantes de la región más extensa de Europa y que, como ha asegurado en la víspera el presidente del Consejo Regional de Cámaras, se llegue a acuerdos que luego se cumplan, porque las palabras después del encuentro en La Moncloa pueden ser bonitas, pero Castilla y León -y con ella Soria- necesita más hechos. De la entrevista hay planteamientos que pueden redundar en esta dirección como la puesta en marcha del denominado Plan Plurianual de Convergencia Interior, que pretende eliminar las desigualdades interiores en la Comunidad castellano-leonesa, o la transferencia de la cuenca del Duero o la consideración de las características de la región -población, dispersión, envejecimiento- en la negociación del futuro modelo de financiación autonómica. Pero hay también compromisos políticos que necesitan pasar de las palabras a los hechos, como la ejecución de la autovía del Duero, o la conexión de Soria con la alta velocidad ferroviaria. El presidente del Gobierno concretará en una próxima visita a la región las inversiones previstas en infraestructuras hasta 2020. De justicia es no esperar tanto para que sean realidad en Soria.