7 de septiembre: Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul
El 7 de septiembre se celebra el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul, y su principal objetivo es la investigación, desarrollo, mejora y la puesta en marcha de nuevas prácticas que permitan mejorar la calidad del aire y que a la larga, esto contribuya con el bienestar de la población mundial, así como erradicar los altos índices de contaminación atmosférica.
El agosto más cálido de la serie histórica hasta la fecha
CARES: castaña, resina y biomasa para generar empleo en el medio rural
La contaminación del aire se ha convertido en el mayor riesgo ambiental para la salud humana en la actualidad.
Asimismo, agrava los efectos del cambio climático, provoca pérdidas económicas y reduce la productividad agrícola.
Además no conoce barreras: todos tenemos la responsabilidad de proteger nuestra atmósfera y garantizar un aire sano para todas las personas. Si colaboramos más allá de fronteras, sectores y límites, reduciremos la contaminación del aire mediante inversiones colectivas de tiempo, recursos y esfuerzos.
En este Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, Naciones Unidas realiza un llamamiento a todos —desde gobiernos y empresas hasta sociedad civil y particulares— a invertir en #AireLimpioAhora.
Los efectos en nuestra salud: las diminutas e invisibles partículas de contaminación penetran profundamente en nuestros pulmones, en el torrente sanguíneo y en el cuerpo. Estos contaminantes son responsables de aproximadamente un tercio de las muertes por accidente cerebrovascular, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer de pulmón, así como de una cuarta parte de las muertes por infarto. El ozono troposférico, producido por la interacción de distintos contaminantes con la luz solar, es también una causa de asma y enfermedades respiratorias crónicas.
Efectos sobre nuestro clima: Los contaminantes del clima de corta vida se encuentran entre los contaminantes más relacionados con los efectos sobre la salud y el calentamiento global a corto plazo. Pueden persistir en la atmósfera durante unos días o hasta varios decenios, por lo que reducirlos puede tener beneficios casi inmediatos para la salud y el clima.
La contaminación atmosférica es el mayor riesgo ambiental para la salud humana y una de las principales causas evitables de muertes y enfermedades en todo el mundo, responsable de aproximadamente 6,5 millones de muertes prematuras en todo el mundo (en 2016) atribuidas a la contaminación atmosférica en interiores y al aire libre.
En los países en desarrollo, este tipo de contaminación afecta de manera desproporcionada a las mujeres, los niños y los ancianos, y en particular a las poblaciones de bajos ingresos que a menudo están expuestas a altos niveles de contaminación del aire en interiores y en espacios abiertos resultante de los métodos de cocina y calefacción que utilizan leña y queroseno.
La contaminación atmosférica es un problema mundial que tiene repercusiones de largo alcance debido a su vasta propagación, y porque, si no se produce una intervención agresiva, el número de muertes causadas por la contaminación del aire en espacios abiertos va camino de aumentar en más de un 50 por ciento antes de 2050.
La comunidad internacional es muy consciente en la actualidad que la mejora de la calidad del aire puede ayudar a reducir las consecuencias del cambio climático y que las medidas de mitigación del cambio climático pueden mejorar la calidad del aire.
Impulsada por el creciente interés en todo el mundo por el aire limpio, y para concienciar sobre la necesidad de hacer mayores esfuerzos para mejorar la calidad del aire, entre ellos reducir la contaminación atmosférica, la Asamblea General declaró el 7 de setiembre como el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul.
El aire limpio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
En el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, titulado “El futuro que queremos”, los países se comprometieron a promover políticas de desarrollo sostenible que contribuyeran a la buena calidad del aire en el contexto de las ciudades y los asentamientos humanos sostenibles. Asimismo, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoce —en su hoja de ruta para lograr el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente y la prosperidad para todos—que reducir la contaminación atmosférica es importante para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.