TRIBUNA / Nadal, un gran señor de España
Amalio de Marichalar ensalza en este artículo de opinión la figura del tenista Rafael Nadal y sobre todo los valores ejemplares que transmite. Ganando o perdiendo ha logrado ser un ejemplo.
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TRIBUNA / Nadal, un gran señor de España
Sea ganando o perdiendo Rafa Nadal va más allá del éxito logrado en un partido o del hecho de perder otro.
He escrito en varias ocasiones que Nadal es mucho más que ganar o no hacerlo, ya que trasciende con mucha distancia esa circunstancia.
Nadal es un ejemplo y encabeza los valores imperecederos que forjan una sociedad. Una sociedad que quiere respetarse a sí misma, y construir un sólido presente y un futuro seguro ha de enseñar esos valores y ha de protegerlos siempre.
Rafa Madal sale a la calle y es aclamado. Sin duda por su éxito, pero el conjunto de la sociedad, aprecia aún más su señorío, su honestidad, su sacrificio, su continuado esfuerzo de superación, su nobleza de espíritu, su honor, su defensa de la verdad y con todo ello su defensa de la libertad.
Es un ejemplo para la juventud y eso es impagable por la enorme labor que supone para forjar con asideros firmes a quienes están más expuestos en un mar de peligros.
Pero también es un ejemplo para los mayores, pues llama a las conciencias de quienes con tanta irresponsabilidad no cumplen sus obligaciones, o de quienes están provocando, por imposición dictatorial, que la sociedad mute despreciando esos mismos valores, para lograr finalmente una alta montaña de insatisfacción, con metas que adoran la nada, y sazonado en un acompañamiento, todo ello, de mentira y engaño.
Rafa Nadal ha ganado en Roland Garros esta semana y su hazaña no encuentra parangón. Ya suma 22 Grand Siam, y eso representa también estar a la cabeza de los tenistas de todos los tiempos. Esto representa un orgullo para todos los españoles de las presentes y futuras generaciones y representa una grandísima y buenísima noticia para España -también la semana pasada el Real Madrid nos dio otra gran satisfacción a los españoles- , estando como estamos ayunos de ellas.
Ver a Rafa saludar al Rey en París a pie de pista, firme y emocionado escuchar el himno nacional, mientras la televisión entremezclaba su imagen de serenidad y emoción profunda con los colores de la bandera, todos los franceses puestos en pie respetuosamente en homenaje profundo, y bañadas las gradas de innumerables enseñas españolas empuñadas por compatriotas pero también por los franceses; supone una imagen única, con muchísimos mensajes, todos condensando y anteponiendo valores, que es muy importante retener.
Es la verdadera imagen de los valores de España que tan ejemplarmente encabeza Rafa Nadal aliados en abrazo agradecido a los de Francia y que en definitiva son los que nos enraízan en la Europa de los valores, custodiados desde hace veintidós siglos por nuestros antepasados numantinos, depositarios de la libertad, dignidad, sacrificio, independencia, paz y honor, que supieron acrisolarse con nuestra cultura grecorromana y cristiana, como eje vertebrador de lo que somos hasta nuestros días, y de lo que queremos seguir siendo, para transmitir esta herencia unica a nuestros sucesores, por ser la que dignifica a la persona, aviva la protección de los derechos humanos, y por ende de la propia democracia.
Se podrá preguntar el por qué de este viaje que podría parecer no tener conexión con lo ocurrido en París, pero precisamente por lo ocurrido, Rafa Nadal trasciende su propia proeza, para enseñarnos los verdaderos valores que han de fortalecer siempre los avances y la seguridad de la sociedad, y sin los cuales cualquier progreso se hace efímero y engañoso, en cuanto se desprende de una apariencia que nunca podría ser ejemplo de nada.
Muchísimas gracias, Rafa, pues además de todo lo anterior, eres ejemplo para todos de cordura, sensatez, solidaridad, responsabilidad, convicción, esfuerzo, superación, sacrificio, humildad, hoy que estamos tan carentes de ello.
Un abanico de principios y valores que jalonan estas líneas, que siempre encabezas, honrandote todos por ello, y que te convierten en un gran, y en un ejemplar señor de España.
Fdo: Amalio de Marichalar. Conde de Ripalda