Nissan pone en jaque 25.000 empleos en Barcelona
El cierre de las plantas de Nissan en Barcelona deja sin empleo a 3.200 trabajadores directos y amenaza a 20.000 más, un duro golpe para la industria que ha unido a los Gobiernos central y catalán en la búsqueda de salidas y en las críticas a la firma automovilística nipona.
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El presidente de Nissan Europa, Gianluca de Ficchy, ha comunicado a los sindicatos que se ha tomado esta decisión al no ver "ninguna solución viable de futuro" para estas instalaciones, que han ido perdiendo modelos en los últimos años, dejando Zona Franca a un 20 por ciento de su capacidad máxima -para unos 200.000 vehículos-.
El cierre afectará a Zona Franca (fábrica de furgonetas), Montcada (estampaciones) y Sant Andreu (suspensiones y bastidores), así como a los centros de I+D, recambios, distribución y compras, también en la Zona Franca, áreas que suman unos 3.000 trabajadores.
El impacto sobre el empleo será, sin embargo, mucho mayor, ya que se calcula que otros 20.000 empleos indirectos, según la Generalitat de Cataluña, dependen de estas plantas, incluyendo proveedores y subcontratas de un sector clave en la región, ya que representa el 10 por ciento del producto interior bruto (PIB) y en las fábricas catalanas se producen 1 de cada 5 vehículos ensamblados en España.
En rueda de prensa virtual, De Ficchy ha atribuido la decisión de cerrar al exceso de capacidad de producción del grupo por la caída del mercado de furgonetas, ante las medidas de movilidad adoptadas en muchas ciudades, así como a que Mercedes optara por dejar de producir la Clase-X en la planta de Nissan en mayo de este año.
Tanto los sindicatos como las Administraciones Públicas se han rebelado contra la decisión final de la firma automovilística y han rechazado el argumento utilizado para irse de Barcelona, reivindicando la viabilidad de las plantas y recordando que habían presentado a Nissan un plan para revitalizarlas que suponía ayudas por 100 millones de euros.
Según Nissan, ni siquiera las ayudas que estaban dispuestas a poner el Gobierno y la Generalitat permitirían dar un futuro viable a la fábrica.
En este contexto, el secretario de Industria, Raúl Blanco, ha lamentado el "ataque al corazón industrial de Cataluña" que supone este cierre y ha insistido en que el Gobierno trabajará para revertir la actual situación, tres advertir de nuevo a Nissan que irse de Barcelona le puede costar más de 1.000 millones de euros.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, ha avanzado que hará todo lo que esté en sus manos para evitar el cierre y ha apelado al Gobierno central a sumar esfuerzos demostrando "unidad institucional" con este mismo objetivo.
La Generalitat, que ha dado 25 millones en ayudas públicas a Nissan en los últimos 15 años, cuenta con que el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, propietario de los terrenos donde está asentada Nissan, colaborará para evitar esta crisis industrial, al tiempo que ha apelado a la unidad con los ayuntamientos afectados.
En este sentido, el Gobierno catalán asume que no podrá recuperar los 22 millones en ayudas públicas concedidas a Nissan durante los últimos 15 años.
Los trabajadores de Nissan en Barcelona han recibido también la noticia, que venía de Japón como un "jarro de agua fría", y los sindicatos han llamado a la movilización y a mantener la huelga indefinida iniciada el pasado 4 de mayo.