Cuando Antón ganó la maratón de Atenas
Hace dieciocho años el atleta soriano se impuso a Martín Fiz
Un día como hoy Abel Antón entró en el olimpo del atletismo. Fue en 1997 en la maraton de los campeonatos del mundo de atletismo disputados en Atenas.
Los españoles Martín Fiz y Abel Antón llegaban a este mundial, con un mismo objetivo, pero con distintas motivaciones. El alavés, motor diésel devorador de kilómetros, quería ganar su segundo campeonato del mundo y redimirse del fallo táctico que le relegó a la cuarta plaza en los Juegos Olímpicos de Atlanta; el soriano, campeón del mundo de 10.000 en Helsinki y con un final terrorífico, deseaba el triunfo en su reciente estreno en la distancia de Filípides.
La carrera comenzo muy lenta porque nadie quiere arriesgar al principio. En el kilómetro 15 el namibio Luketz Swartbooi, el congolés Willy Kalombo y el madrileño Fabián Roncero se escaparon. Fiz y Antón hicieron un gran esfuerzo y lograron unirse a ellos. Juntos pasan por la media maratón con un tiempo de 1 hora, siete minutos y ocho segundos. :
Al paso por el kilómetro 25, los africanos comenzaron a flaquear y es Roncero el que volvió a las andadas dando un acelerón, tratando de marcharse en solitario. El tirón redujo a nueve el grupo de escapados, al que se unió el australiano Steve Moneghetti, que venía remontando desde atrás. En ese momento de confusión, Fiz cambió de ritmo y nadie, excepto Antón, pudo seguir su estela.
El duelo al sol estaba servido. Los dos españoles se marcharon y poco a poco fueron aumentando su ventaja, siempre con el vitoriano dirigiendo las operaciones. Pasaron por el kilómetro 30 en 1 hora, treinta y seis minutos y cuatro segundis y llegan al kilómetro 40 realizando el mejor parcial de todos (15:06). Por detrás, Moneghetti marchaba tercero a 45 segundos mientras que Roncero deambula deshidratado, pagando un comienzo de carrera sin concesiones.
Apenas faltan dos kilómetros para llegar al estadio y Martín Fiz comenzo a perder fuerzas, y a tomar consciencia de que la victoria se la llevaría Antón, que daba muestras de encontrarse más entero.
El soriano aprovecha su mejor final y, a falta de doscientos metros, aceleraría para ganar su primer maraton en un mundial. Haría un registro de 2 horas, 13 mintuos y 16 segundos. Después llegaría el de Sevilla.