TRIBUNA / El Parque del Castillo, en peligro
Luis Pérez Turrau, miembro de la Asociación de Amigos del Museo Numantino, denuncia en este artículo de opinión la alteración que sufrirá el actual parque del castillo, con el proyecto planteado por el Ayuntamiento de Soria para recuperar un tramo de muralla de la ciudad.
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TRIBUNA / El Parque del Castillo, en peligro
El Parque de Castillo de Soria es uno de los lugares más singulares y bellos de la ciudad. El carril habilitado para los coches lo recorren a diario muchos paseantes, solitarios o en grupos, personas amantes del sosiego y el silencio.
La arboleda interior, en cambio, congrega en verano la bulla alegre de abundantes niños, jugando despreocupadamente y vigilados con relajo por sus padres, por su aislamiento y seguridad.
Hace unos días se ha colgado en la muralla suroeste, la que da al cementerio, un gran cartel que anuncia obras, dentro del Programa de Conservación del Patrimonio Histórico Español, de “Consolidación y Restauración de la Muralla de Soria, Sector 3 del Plan Director…, Zona Occidental del Castillo”.
Al mismo tiempo, muchos nobles árboles, de buen porte y hermosura, se han señalado con marcas que hacen temer lo peor; y entre ellos, algunas acacias centenarias que dieron sombra en verano a varias generaciones de sorianos.
La reciente actuación restauradora en la muralla que cerca la ciudad puede considerarse correcta y acertada. Incluso necesaria y urgente en determinados tramos. Por tanto, positiva para la ciudad.
Ahora bien, llegados al lugar que aún conserva un tipo de genuina belleza, que es exponente de un hermoso paisajismo de hace varias décadas, y que va a alterar la fisonomía de un enclave único de manera irreparable, no se ve la necesidad de actuación.
Si la restauración de la muralla del Castillo supusiera recuperar un patrimonio decadente y en peligro, o que pudiera deparar rastros de valor que se suponen ocultos bajo la capa de los siglos, podría aceptarse. Pero no parece el caso.
De llevarse a cabo, los sorianos de aquí a un tiempo recibirán un paraje cuya puesta en valor será equivalente a una adocenada y mil veces repetida recreación “castillera” y, en cambio, habrán perdido para siempre un paseo digno de las mejores evocaciones. Y la muralla, perfectamente integrada a día de hoy, será simplemente unas piedras recién aseadas pero sin alma ni encanto. El Ayuntamiento aún está a tiempo de evitar un daño irreparable.
Fdo: Luis Pérez Turrau. Miembro de la Asociación de Amigos del Museo Numantino