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El embalse de Monteagudo, un lugar para observar aves o pescar

El embalse de Monteagudo de las Vicarías es un buen lugar para disfrutar de la observación de las aves o de la pesca.

Con una superficie de 100 hectáreas, Monteagudo de Las Vicarías es un bonito escenario de pesca para disfrutar de este deporte en Castilla y León.

La profundidad máxima que se puede encontrar en el embalse varía entre los 7 y los 10 metros en toda su extensión.

No es muy grande, pero tiene las dimensiones suficientes para albergar peces de buen porte y dar muchas alegrías.

Su principal función es el riego, así que dependiendo de la época puede tener más o menos agua, pero siempre mantiene un nivel estable.

Está clasificado como ZEPA, (Zona Especial de Protección de Aves.) 

 Dividiendo el embalse más o menos por la mitad encontraréis una zona que se encuentra prohibida la pesca durante todo el año debido a ser una ZEPA, que está perfectamente identificada con carteles.

Las carpas son las reinas del embalse y aunque en su mayoría sean de pequeño tamaño, también se pueden sacar buenos ejemplares que rondarán los 7-8 kilogramos.

El embalse dispone de un observatorio y es recomendable la utilización de un telescopio para observar las numerosas especies que se refugian en sus aguas.

El zampullín cuellinegro y el pato colorado son residentes reproductores y varias especies migratorias hacen escala en su lámina.

Su importancia estriba en la sequedad de los terrenos circundantes, siendo este espacio, prácticamente la única superficie húmeda de la zona.

De esta manera, el área periférica ofrece una alternativa muy interesante para la búsqueda de aves esteparias, principalmente la ortega.

Con este fin, la Obra Social "la Caixa" y la Fundación Patrimonio Natural llevaron a cabo en 2010 un proyecto de restauración y mejora de este espacio natural protegido declarado Zona Húmeda de Interés Especial y que forma parte de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Monteagudo de las Vicarías, perteneciendo a la Red Ecológica Europea Natura 2000.

Por otro lado, los terrenos contiguos a la zona de inundación del embalse estaban completamente deforestados, sin zonas de cobijo para la avifauna, por lo que se recuperó la vegetación natural, que ha permitido la existencia de estructuras verticales aptas como dormideros y zonas de cobijo para las aves silvestres existentes.

Uno de los principales problemas que presentaba este enclave, para la estancia de aves acuáticas y su posible nidificación, eran las fluctuaciones de la cota de la lámina de agua.

Para mitigar parcialmente este inconveniente, se construyeron isletas artificiales, que permiten la nidificación de las aves aunque se produzcan fluctuaciones de nivel de las aguas embalsadas.

Otra de las actuaciones, con las que se favorece la presencia de aves, es la colocación de posaderos artificiales, que han sustituido a los maltrechos álamos que existían.

Con el objetivo de adecuar la zona como punto de destino para el creciente turismo ornitológico en la provincia, se construyó un observatorio y se reguló el tráfico rodado en el entorno del embalse, creándose aparcamientos (12 plazas para turismos y 1 para autocares) y senderos que permiten realizar a pie el recorrido sin ocasionar molestias a la fauna silvestre.

El nuevo observatorio de aves está ubicado en el paraje conocido como "El Mirador", al este del embalse de Monteagudo de las Vicarías.