Descienden casos de acoso y ciberacoso en aulas de Castilla y León
El noveno pleno de la Sección de Convivencia Escolar del Observatorio de Castilla y León ha confirmado que la cifras de acoso y ciberacoso se han reducido en el último informe relativo al curso 2022-2023.
La Junta resalta su apuesta por relevo generacional en campo
La Junta presenta el presupuesto más elevado de la historia autonómica
Una de las principales conclusiones es que las cifras de acoso y ciberacoso se reducen hasta el 0,02 por ciento.
Concretamente, se han detectado 54 casos de acoso y 35 de ciberacoso, por debajo de los 64 y 75 que se registraron el curso anterior, respectivamente.
La mayoría se detectan en los tres primeros cursos de Educación Secundaria Obligatoria.
Estos datos confirman que las actuaciones en ciberconvivencia llevadas a cabo por los centros escolares han tenido un impacto positivo, según ha resaltado la Junta.
En este sentido, se destaca la labor del profesorado, en especial en la aplicación del programa P.A.R. (Parar el acoso, Apoyar a la víctima y Reeducar al agresor) donde el alumnado adquiere un mayor protagonismo en su cambio comportamental y relacional.
Para la Consejería de Educación es una prioridad eliminar el acoso y que los centros sean, cada vez más, lugares seguros para los alumnos. En este sentido, seguirá actuando en la prevención del conflicto, la convivencia positiva y la mediación entre iguales.
Los centros educativos ofrecen varias iniciativas en este sentido como el Programa Sociescuela, teatro para la sensibilización y el desarrollo de la empatía y formación en mediación escolar. Además, cuentan con un coordinador de convivencia y con los programas de asistencia jurídica, mediante solicitud al 012, y de atención psicológica, en colaboración con el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León.
El pasado curso se introdujo como novedad el Test de detección de dificultades emocionales. Una iniciativa que permite detectar 16 factores de riesgo referidos a problemas sobre internalización (desesperanza, ansiedad, depresión, autoestima…), externalización (impulsividad, conducta disocial, actitud desafiante), dificultades asociadas a la conducta alimentaria y uso problemático de nuevas tecnologías.
Se trata de una prueba anónima que fue muy bien acogida por centros y comisiones provinciales de convivencia.
Apuesta por las prácticas restaurativas
En cuanto a las incidencias registradas (actuaciones que nada tienen que ver con acoso, sino con comportamientos inapropiados por parte del alumnado), la Consejería de Educación busca emplear en mayor medida el procedimiento de acuerdo abreviado en vez de incoar un expediente disciplinario. De esta forma, los estudiantes y familias reconocen la falta cometida y aceptan la sanción, que en la mayoría de los casos pasa por las prácticas restaurativas.