Soria se cita con el desfile de Calderas

Alrededor de 15.000 personas han seguido en Soria el tradicional desfile de las calderas de las doce cuadrillas de las fiestas de San Juan, una jornada de convivencia y acogida entre los sorianos residentes y de la diáspora a la que ha asistido la delegada del Gobierno.

Enrique Ponce y Román abren la puerta grande

El temporal suspende la primera corrida de los Victorino en Soria

Las calderas, realizadas en la noche anterior con carne de toro, pollo o gallina, y adornadas por rosas y motivos sanjuaneros, han acaparado hoy las miradas de los sorianos y visitantes, en el recorrido realizado desde la plaza Mayor hasta la dehesa de Cervantes.

La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, que ha compartido hoy con los vecinos de Soria sus tradiciones, ha resaltado que las fiestas son en Castilla y León un revulsivo turístico en el que Soria tiene mucho que ofrecer.

"Vamos a trabajar desde el Gobierno de España para que toda esta potencialidad se convierta en oportunidad para todos los sorianos que amamos nuestra tierra; los que están aquí y los que han tenido que marchar porque no han encontrado un futuro", ha declarado.

Cerca de dos millares de sorianos, ataviados con el traje tradicional, han acompañado a las doce cuadrillas y sus calderas en el desfile, iniciado a las once de la mañana en la plaza Mayor.

A su paso por la ermita de la Soledad, en la alameda de Cervantes, las calderas han recibido la bendición para ir a situarse en los jardines de la dehesa a la espera del paso de las autoridades.

Las seis peñas sanjuaneras han cerrado el desfile formando una serpiente multicolor, cada una con su respectiva charanga.

A la sombra de la Dehesa de Cervantes, las autoridades han probado cada una de las calderas, que un siglo atrás se repartía entre los vecinos, una tradición que ha sido sustituida en la actualidad por pinchos y viandas preparadas por la jurada.

Las cuadrillas realizan desde 1918 este reparto, fecha en la que el Ayuntamiento soriano decidió donar estos alimentos entre los vecinos que hubieran entrado en fiestas, debido a la carestía de la vida.

La jornada festiva ha tenido otro centro de atención en las propios locales de cuadrilla, donde los vecinos que han entrado en fiestas -los que contribuyen al mantenimiento de los festejos- han recogido la tajada cocida de la carne de toro, el chorizo, el pan y la botella de vino.

Hay noticias documentadas de la celebración del Domingo de Calderas desde la Edad Media y se recoge en el Fuero Real concedido a Soria por Alfonso X de Castilla.

Desde 1873, la carne de las calderas no se puede repartir entre los vecinos hasta que los miembros del Ayuntamiento la hayan probado.

Las Calderas ya no se reparten entre los vecinos, siendo hoy un símbolo de lo que fueron.