El nacedero del río Queiles
Memoria de la trashumancia
Camino de San Saturio
Vozmediano tiene a pocos metros de su casco urbano el mayor nacedero de la provincia de Soria. Es el del río Queiles, que brota a mil metros de altitud para alimentar en su recorrido, aguas abajo, la cuenca del Ebro.
En los pueblos de la comarca del Moncayo no es extraño escuchar el dicho Moncayo traidor que haces pobre a Castilla y rico a Aragón. Cuando el visitante llega, por una vereda, aguas arriba, al nacedero del Queiles, tras dejar atrás el casco urbano de Vozmediano y a su izquierda el castillo, comprende rápidamente esta aseveración. El nacedero del Queiles, que alimenta desde hace unos años una piscifactoria, ha sido y es un surtidor de agua generosa para toda su cuenca, en especial las huertas aragonesas y navarras.
El nacedero, el más importante de la provincia, brota a unos mil metros de altitud. Lo hace de una forma espectacular y ruidosa, de manera constante, a través de una cueva. Las aguas de la vertiente soriana del Moncayo y de las sierras del Tablado y del Toranzo afloran en el nacimiento del Queiles. Es el manantial más destacable conocido como fuente Vauciasiana donde sale la enorme cantidad de 1.100 litros por segundo.
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El visitante debe saber una particularidad: gran parte del área de absorción de estas aguas en la fos a de Beratón pertenece superficialmente a la cuenca del Duero. Mientras que el desagüe principal vierte al rio Queiles, afluente del Ebro. Es ésta la explicación geológica del famoso dicho.
Como decía Clemente Sáenz en su Anecdotario Geológico de Soria, ante tal mundo subterráneo, cabe imaginar, maravillosos palacios habitados por gnomos, y donde el poeta Gustavo Adlonfo Bécquer encontraría sin duda a su personaje Fernando de Argensola, el primogénito de Alemar raptado a la caída de un bello crepúsculo por la ondina de Los Ojos Verdes.
El manadero tiene historia. Ya hace más de dos mil años, el historiador romano Plinio glosaba las excepcionales propiedades de unas aguas que nacían en un lugar de la lejana Hispania, al pie del Moncayo. En época más reciente, el agua del nacedero llegó a mover dos molinos harineros y cuatro centrales eléctricas, de las cuales dos todavía están en funcionamiento. El Queiles nace de una surgencia extraordinaria. Su caudal desciende por un valle estrecho y encajado. El visitante podrá comprobar que la cuenca del río Queiles es uno modelo de diversidad natural..
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Pero no sólo el nacedero es espectacular, sino todo su entorno, así como el camino que, desde el centro del caserío de Vozmediano, accede hasta él. La vegetación del lugar es de pino, roble, encina, chopo, nogal, acebo, zarza y espino, cuyos frutos, la endrina, se recolectan para fabricar el famoso y saboreado pacharán. El sotobosque es de espliego, tomillo y romero. El marqués de Santillana inmortalizó a Vozmediano en su Serranilla I. Gracias al abrigo que recibe del Moncayo se produce en esta zona un microclima que da lugar a que en sus huertos se cultiven tomates y pimientos, más propios de altitudes más bajas.
