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Del Romero plantea repoblar de nuevo con cartas pueblas

El escritor y profesor de la Universidad de Valencia, Luis del Romero, ha presentado hoy en la antigua escuela de Reznos su último libro "Despoblación y abandono de la España rural. El imposible vencido", en el que dedica un capítulo a la localidad cercana de Peñalcázar, abandonada desde finales de los 70.

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Por ello precisamente se ha elegido un entorno rural para presentar el libro, editado en marzo, en un acto organizado por Casa Tía Julia - Refugio de Ideas (un espacio de trabajo y centro cultural en Ciria) y por la Asociación Cultural de Reznos, que desde hace varios años viene reivindicando su localidad con diversas actuaciones, la más conocida de ellas el mural de street art realizado por Parsec que ha renovado las paredes del depósito de agua.

Reznos, que llegó a tener más de 600 habitantes y hoy tiene apenas seis que duermen todo el año en sus casas, es el ejemplo de una despoblación que amenaza con hacer desaparecer buena parte del legado cultural y etnográfico de la España interior.

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Del Romero ha ofrecido a EL MIRÓN DE SORIA su visión sobre este problema.

- Los partidos políticos prometen planes ahora para luchar contra la despoblación, un problema que se viene arrastrando desde hace años. ¿ Usted porque se interesa por este problema?

- Es un problema que lleva mucho tiempo y que afortunadamente en los últimos años se ha convertido en mediático, pero llevo más de una década preocupándome por este tema, porque he trabajado y estoy muy vinculado a la provincia de Teruel. Es una tierra también que necesita ideas, inversiones, pero sobre todo gente y proyectos. Viendo Soria, Galicia y otras zonas de España, me di cuenta que no era un problema solo ni de Aragón ni de Castilla; es un problema nacional. Por eso la idea de escribir un libro a nivel de toda España.

- ¿Supongo que repasa la sangría de recursos humanos que han sufrido tantos pueblos en las últimas décadas?

- Sí, diría que la cuestión diferencial de este libro que más allá de ir a las causas, hace un examen bastante crítico de cómo se ha echado a la gente de los pueblos.

- ¿Por qué se les ha echado de los pueblos?

- Tiene que ver con el cambio de modelo productivo pero tiene que ver con que el capitalismo no le interesaba que hubiese gente en los pueblos. Necesitaba y necesita concentración de población, mano de obra, individualismo, consumismo... y eso no es compatible con las sociedades rurales, que son más colectivas, más autosuficientes. Y por muchas otras políticas de Estado, como las hidráulicas, forestales, de infraestructuras, fiscales... Muchas políticas que han echado a la gente de los pueblos.

- ¿Pero se puede hacer algo para revertir la situación de despoblación? Ahora los partidos prometen planes para luchar contra la despoblación ¿es la solución?

- Me parece muy bien que por una vez haya planes. Han tenido que pasar 40 años de democracia para que haya un plan a nivel autonómico y nacional contra la despoblación. Ha pasado demasiado tiempo. La idea que recoge el libro va mucho más allá de políticas puntuales. La idea es de buscar un futuro, si queremos incluso utópico, pero creo que posible, con multitud de medidas y planes que se resumen en una expresión: una nueva carta puebla. 

- ¡Como en la Edad Media!

- Como en la Edad Media. Estas tierras están pobladas porque en la Edad Media alguien decidió que interesaban que estuviesen pobladas. Si nos interesa que están tierras estén pobladas, por diferentes motivos, una ventaja fiscal para los autónomos no es suficiente. Y un descuento para comprar una primera vivienda, tampoco. 

- la clave ¿el empleo?

- Hace falta toda una batería de medidas que van desde el empleo a la educación, la sanidad, la cultura. Y cuestiones más de infraestructura digital y de carreteras. Creo que hay una cuestión importante que nos distingue a España de otros países y es que sigue habiendo una imagen negativa del medio rural. O más negativa de la que hay en otros países. O dicho de otro modo: aunque hay mucha corriente ecologista y se habla muy bien de los alimentos del medio rural, de los paisajes y de los bosques, parte de la sociedad del medio rural se sigue viendo, por desgracia, como ciudadanos de segunda, porque en parte lo son y porque se les ha educado como tal.

- ¿Pero darle la vuelta a esta situación no parece fácil?

- ¡Claro! Darle la vuelta a eso tiene que ver con un gran pacto con los medios de comunicación, que dijeran de sacar la España negra. Cada vez que un pueblo de Soria o de Teruel, como paso en diciembre, sale en una plana nacional es porque ha pasado alguna desgracia. Si se ha encontrado una especie nueva, si hay un patrimonio estupendo, si hay un pintor que ha hecho una obra... esto nunca se reconoce a nivel nacional. Siempre sale una imagen negativa; siempre sigue habiendo series o películas con estereotipos y estamos en el año 2018. Y los estereotipos influyen mucho en la gente.

- Se nos dice que hay muchos urbanitas dispuestos a trasladarse al medio rural ¿es cierto?

- Hay de todo. Estoy en una asociación que se llama justamente Contra la Despoblación y recibimos muchos curriculum y el trabajo que intentamos hacer es de acompañamiento y acoger a la gente que sí que realmente tiene ganas de ir al medio rural, pero no que está huyendo de la ciudad, que son dos cosas distintas. Tienen que tener esa actitud positiva de saber lo que es vivir en el pueblo y no simplemente que porque la desesperación, por el paro o la contaminación, no quiera estar en la ciudad. En un pueblo tienes que acostumbrarte a que no te van a coger la basura todos los días, que si encuentras trabajo no va a ser uno sino varios, que va a ser por temporadas... 

- Habla de repoblar de nuevo con cartas pueblas ¿Y la propiedad de las tierras?

- Lo que se recoge como ejemplo en el libro es un pequeño pueblo de Cuenca, que se llama Medalar de la Cuesta, que está en la Alcarría, una zona también muy despoblada. Ante la desesperación de la despoblación, lo que hizo el Ayuntamiento es ir hablando con los vecinos y comprando parcelas rústicas y urbanas. Hubo una serie de subastas de solares, con la condición de que se construyese y se habitase una parte del año y si se podía hacer una actividad, mejor. Pero partieron de la base, muy realista, que por lo menos hay que conservar el pueblo y las tierras de alrededor. Y la cosa ha ido muy bien. La despoblación es tal que hay muchas tierras que ahora mismo no están muy claro de quienes son y hay propietarios que or ejemplo con la custodia del territorio si que estarían dispuestos a ceder sus propiedades.

-¿Qué implica el modelo de custodia del territorio?

- No es una compra, sino que un propietario cede una casa, una escuela, un campo. Sigue siendo propietario y yo tengo el derecho de uso. Y tengo el derecho de usufructo si cultivo. Y no hay relaciones económicas de por medio. Y es una medida útil para gente joven, sin recursos, para que puedan empezar en el medio rural.

- ¿Y hay ejemplos?

-Sí, estamos en un pueblecito en Teruel, donde ahora quedan tres habitantes: Masblanco. A nosotros, como asociación, el Ayuntamiento nos cedió varios edificios y también lo hicimos con particulares privados. Es una medida interesante, porque vamos probando diferentes tipos de cultivo y hacemos actividades. Todo ello ha servido para que la gente vuelva al pueblo. Mucha gente que hacia veinte años que no venía, al ver que hay alguien que ha rehabilitado y está haciendo actividades, ha cambiado de mentalidad, y ésta es la revolución más importante que hace falta en la España rural. Es decir: que la propia gente que abandonó los pueblos, quiera volver a ellos y revaloricen aquello que abandonaron, porque se les dijo en su época que no valía nada. Y sí que vale.

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