Memoria de la trashumancia
En la antigua casa de la maestra, en Oncala
Los pastores tienen su museo desde hace unos años en Oncala, uno de los pueblos más implicados en el fenómeno de la trashumancia. Lo hicieron posible los jóvenes de este pueblo de la sierra del Alba, a través de la asociación cultural El Redil.
Conocer la trashumancia está al alcance de cualquier visitante en Oncala. El Museo de los Pastores, ubicado en la antigua casa de la maestra, es de un valor considerable para comprender mejor un fenómeno económico que alimentó páginas y páginas de la historia de Soria. Históricamente, es cierto, la gran creación de Soria fue la Mesta. 
11:30 HORAS
Los jóvenes de Oncala se encargaron hace unos años de recoger los más de doscientos cincuenta objetos relacionados con la trashumancia que componen el Museo de los Pastores. Y no sólo de recogerlos, sino de restaurarlos, en una iniciativa donde colaboró todo el vecindario.
El museo tiene su recorrido perfectamente dividido. Al entrar los visitantes pueden conocer Oncala, donde se encuentra y la riqueza que tiene. Se explica también la trashumancia y la importancia de la oveja merina. Y se recrea un chozo, habitáculo de paja utilizado por los pastores para dormir. La trashumancia, debe saber el visitante, fue durante muchos siglos una auténtica forma de vida. Y como tal ha dejado su cultura, reflejada en este museo. Desde los ganchos, objetos de madera en forma de v doble, que puesto sobre la albarda servía para acarrear leña, hasta la jalma, albardilla ligera de las bestias de carga que los pastores usaban para dormir como colchón, los objetos pastoriles son muchos en el museo.
12:00 HORAS
En el piso de arriba, el museo tiene una sala dedicada al importante papel desempeñado por las mujeres que se quedaban en Oncala y atendían tanto al campo como al hogar. En otras dos salas, se explica el viaje hasta las tierras manchegas y andaluzas, a través del diario del primer viaje del zagal Millán. En las escaleras de acceso, el visitante puede contemplar las distintas marcas con las que se identificaban a los rebaños.
A pie, en tren o en camión, la trashumancia nunca fue fácil. Hoy, lo que sí es fácil, y obligado, es visitar este Museo de los Pastores.
