San Polo, en el paseo de San Saturio, junto al Duero, vive desde hace un siglo uno de los momentos más emotivos para muchos sorianos. Es la merienda de Las Bailas, donde la Banda Municipal de Música ameniza la tarde a los sones de las sanjuaneras que dejaron para siempre los recordados García Muñoz y Hernández, al expresar en sus letras y melodías el sentir de las fiestas. Los sanjuanes consumen su tramo final, marcados por la música. Toca subir hasta la plaza Mayor, cuando el sol se agota, y despedir las fiestas de San Juan. Desde la escalinata de la Casa Consistorial, los jurados repasan el cancionero sanjuanero. Las fiestas llegan a su final. Han sido cinco días y seis noches donde ha habido tiempo para que cada sanjuanero encuentre sus instantes mágicos.
